De forma paralela, se trabaja en la conservación de los restos descubiertos, que tras su primera actuación de 1990 habían quedado paralizados, aunque protegidos todo lo posible. En 2007 se inició el Proyecto de Puesta en Valor del yacimiento, con la iniciativa de la creación de una escuela-taller de empleo apoyado por el Ayuntamiento. Entre 2009 y 2010 se realizaron nuevos trabajos de intervención, acondicionamiento y puesta en valor, en el marco del Proyecto Básico de Puesta en Valor y Construcción del centro de interpretación de Herrera, además de la excavación de nuevos espacios.
Como suele ser habitual con estos espacios arqueológicos, los trabajos no terminan nunca, pero cada día se descubre una parte de un tesoro que, poco a poco, está viendo la luz.
Estas termas son únicas. Se caracterizan por el uso de elementos de lujo como los mármoles. Están presentes especialmente en las estancias dedicadas al baño. Se han hallado tanto en suelos y escaleras, como en las paredes de las piscinas. Junto a los mármoles destacan numerosos fragmentos de pinturas parietales que se caracterizan por su calidad y gran variedad cromática.
Pero los mosaicos que datan del siglo III d.C son su principal atractivo. En ellos predominan los motivos geométricos y vegetales, aunque también aparecen los figurativos. También se han hallado restos de columnas pertenecientes al edificio principal. Con todo, es un conjunto único para visitar.
El pasado noviembre, técnicos de la empresa Geozone Asesores comenzaron los trabajos de prospección en dos fincas rústicas de Herrera. El objetivo no es otro que averiguar cuál es la extensión de las termas.
Se trata de dos fincas colindantes a las termas romanas que se descubrieron hace dos años. Fue después de que el Ayuntamiento de Herrera realizara un estudio en la zona debido a la cantidad de restos arqueológicos aparecidos después de la obra del canal que cruza el municipio.